La hidráulica y la neumática están orientadas al estudio de la transmisión de energía a través de fluidos o gases  bajo presión. Resolver un problema en tales áreas generalmente implica el desarrollo de ecuaciones complejas para definir las propiedades del fluido como la velocidad, la presión, la densidad y la temperatura, en función del espacio y del tiempo. Gracias a las muchas ventajas que ofrecen y a la capacidad de combinar fuertes concentraciones de energía con excelentes capacidad de control y regulación, la hidráulica y la neumática tienen éxito en muchas aplicaciones.

En la típica aplicación hidráulica, el caudal de aceite generado por una bomba dentro de un circuito hidráulico, se utiliza para mover un gato o un motor hidráulico, dependiendo de si el efecto mecánico deseado (fuerza o movimiento) ya sea lineal o bien rotatorio. Los cilindros hidráulicos son actuadores lineales que convierten la energía hidráulica en mecánica, generando fuerza y ​​desplazamiento lineal de la carga. Los cilindros, según la función desempeñada y la exigencia de la aplicación final, son simples o a doble efecto, como se puede apreciar en el esquema abajo: